martes, 3 de marzo de 2009

un gato muerto y un muñequito derretido

que decir, se me ocurrió exagerar el contraste al mango de una imagen, y quise probar como quedaba para futuros trabajos. Eso y le puse una base old school.
no tengo tinta china ni lapiz, asique estoy con abstinencia de dibujo, haciendo garabatos con lapiceras. Ya pasará.

3 comentarios:

Horacco dijo...

La música y la parte del fuego con la culminación del muñeco cayendo me pareció fantástica, que artista de ostia vieja!
Sobre el final, en la ultima toma del gato, por un momento pensé que girara la cabeza hacia la cámara y diría: - Al Diego le cortaron las piernas, se las cortaron, miau.
Me encanto tu trabajo.

champloo dijo...

gracias, gracias!

el Tomi dijo...

Durísimo. Es un terreno baldío de la vida. Ese tenebroso lugar del barrio donde empezaba el realismo fantástico latinoamericano a la hora de la siesta. La purificación del metegol a través del fuego es todo un símbolo para el fútbol moderno (en algún lugar me recordó a un clip, creo que era de Alice in chains o de Green Day, donde asaban una Barbie al spiedo). Coincido con Horacco (mi amigo Penumbra) en que la toma del gato transmite la sensación de que algo va a pasar, como en las películas de terror (la escena final de "Carrie" por ejemplo), planea la duda de que esté muerto, sobrecoge imaginar que no lo está y aterroriza prever que va a girar la cabeza hacia la cámara en cualquier momento. Esto, claro, no significa que lo haya tenido que hacer, porque sin lugar a dudas, su inmovilidad ya dice un montonazo de cosas. El color infernal, resolana, espejismo, calor y la música monótona sorpresivamente interrumpida por un silencio largo envuelven todo y lo transforman en tu estilo. Grandísimo Nico.